El pasado 16 de junio tuvo lugar la tercera edición de la MadridXtrema, prueba de larga distancia en MTB que se desarrolla en el centro de la Península. Su filosofía es ofrecer un desafío personal, un reto pensado para aquellos que buscan superarse a sí mismos.
El recorrido oficial de la Maratón transitó sobre una distancia de 101 Kms con un desnivel positivo acumulado superior a 1800 mtrs. Mientras que el recorrido oficial de la Media Maratón lo hizo sobre una distancia de 50 Kms/aprox para aquéllos que querían inscribirse en una distancia menor.
Después de haber realizado este año los 101 kms de La Legión en Ronda, decidimos apuntarnos a esta prueba para volver a vivir una experiencia en la que dar lo máximo no es suficiente, ya que la cabeza en estas distancias es tan importante como las piernas…
El sábado por la tardenos acercamos a Colmenar de Oreja a por los dorsales, chips y demás cosas que venían en la bolsa del participante. La verdad es que fue una de las más completas de cuantas pruebas he hecho en MTB. Allí estábamos Marta y yo a las 15h. Comimos por allí, bastante bien por cierto y nos acercamos a por las bolsas de todos los amigos que íbamos a participar (Isa, Pascual, Salva, Blas, Pedro, Antonio y yo mismo). Por la noche quedamos a cenar en un italiano para llenar de hidratos la barriga. Yo creo que me pasé, porque pasé una nochecita… Un clasico!
El domingo nos presentamos en el parking habilitado para la prueba como más o menos hacemos siempre… Tarde!!! No voy a dar nombres, pero a alguno se le pegan demasiado las sábanas… Y claro! Ooootra vez a salir los últimos como en Ronda. Menos mal que Isa, Pascual y Salva anduvieron más listos y se colocaron antes. De hecho Isa salía con la élite. Ella si tiene claro lo que tiene que hacer en cada momento y no nosotros que estamos «empanaos».
Con alrededor de media hora de retraso y con una temperatura que a las 9 ya hacía prever un día asfixiante nos pusimos en marcha… Todos los «gadchets» preparados: cuentakilómetros de la bici, pulsómetro, GoPRO, geles, barritas, isotónico, agua… Venga!!! A pedalear!!! La verdad es que a esta prueba, posiblemente por lo vivido en Ronda, desde el principio le ha faltado un poco de «pimienta»… pero la enfoqué como un reto más y no pensé demasiado en lo que se nos venía encima. La idea era hacerla en 7 horas, que sería un buen resultado teniendo en cuenta que en Ronda hice hora y media más.
El comienzo estuvo bien. Bueno ritmo, buen ambiente, en compañía de Antonio, con «Los Merlos» (Isa, Pascual y Salva) por delante y Blas y Pedro cerca de nosotros. El primer «pero» llegó alrededor del km 12 en dónde pasamos de un camino en el que entrábamos de dos en dos y dónde se podía rodar a una senda con una bajada, que si bien no era demasiado técnica, prodjujo «efecto frenazo» he hizo que estuviéramos parados entre 15 y 20 minutos hasta que se desatascó. A dos kilómetros otro parón para pasar por debajo de la carretera… En definitiva, se cortó todo el ritmo. Aunque me vino relativamente bien para poder subir el sillín (que tuve que ir subiendo durante toda la prueba) y apretar bien la GoPRO ya que un par de kms antes se había aflojado y salido volando.
A partir de ahí la prueba empezó a descafeinarse en cuanto a atractivo y a complicarse respecto a condiciones tanto climatológicas como organizativas. En el km 25 tuvimos el primer punto de control y avituallamiento, al que ya llegué solo, porque entre tapones y sendas Antonio y yo nos separamos. Paré, cargué de agua y seguí pedaleando. Por lo que cuentan los demás cuando llegaron ellos el agua empezaba a escasear. Alucinante!!!
Nos dirigimos entonces hacia Villaconejos, pasando por Camino de la Laguna y cerca de La Antigua Casa del Sombrerero. Pasamos Villaconejos y seguimos pedaleando dirección a Chinchón, pasamos por «El Cerrón» y llegamos nuevamente a Colmenar de Oreja por el Camino Mingorrubio, haciendo así la primera parte del «ocho» que componía la prueba. En algún punto de ese tramo, que tenía alguna bajada rápida con bastantes piedras y baches el soporte de la GoPRO se rompió y la cámara debió de salir volando. Cuando me di cuenta de lo sucedido fue tarde. Retrocedí un par de kilómetros, pero según era el terreno, con un montón de pinchos y trigales bordeando el camino me resultó imposible encontrarla. A tomar por culo!!! 200 eurazos al sembrao… Joder qué cabreo me entró!!! No me quedó otra que seguir hacia Colmenar. Allí se encontraba el segundo avituallamiento, alrededor del km 45: Agua (de la fuente), una coke para pillar algo de azúcar y un poco de fruta para refrescar. Qué rica la sandía! A este avituallamiento ya llegué «madurito» (aparte de rebotado). El calor empezaba a hacer mella… Yo en ese momento no lo sabía pero Antonio, Blas y Pedro tomaron una decisión muy inteligente y decidieron hacer la Media Maratón. Mira que soy melón! Tenía que haber hecho yo lo mismo… En fin! decidí seguir y ahí empezó mi penar…
Tras cruzar Colmenar de Oreja haciendo la escalinata que baja a la plaza del pueblo, en la que tenían montada la tradicional plaza de toros para las fiestas, pasé por detrás del cementerio (premonitorio) y pasados 3 o 4 kilómetros la ruta tomó dirección hacia Valdepinar, zona de pinos pero con un calor importante… Así pasaron los kilómetros sin pena ni gloria cruzando por Balserón y continuando por el Canal de Riego de la Vega. Me entraron ganas de darme un chapuzón!!! Qué sopor!!! Fué llegando a la zona de pinos de Baldío donde me pareció distinguir el maillot de Salva. Efectivamente!!! Era él, que es ese momento iba con un nuevo amigo de ruta… «El Señor del Mazo» que estaba dándole con todas sus ganas. Salva a partir de esta prueba tiene un nuevo mote: «Popcorn» porque hizo «pop» como las palomitas ;-))) Desde el cariño…
Nos quedaban alrededor de 10 kms para el cuarto avituallamiento y estábamos sin apenas agua. Salva ya no tenía y yo estaba en las últimas. Me dijo que se quedaba en una sombra a ver si recuperaba y yo seguí, pero me volví a los 50 metros porque después de ver ya unos cuantos bikers tirados con golpes de calor y pensar que Salva estaba en mitad de «ninguna parte», sin agua y con ese bajón me dió miedo que le pudiera pasar algo. La situación empezaba a ser preocupante. Mientras intentábamos recuperar un poco acabando con el poco agua que nos quedaba llegaron otros cuantos participantes, todos con el mismo problema… Sin agua!!!
Le echamos valor e intentamos seguir hasta el siguiente avituallamiento. Estábamos a 9 kms «parriba», pero Salva estaba bastante jodido y tuvimos que caminar un poco. Finalmente, Salva se quedó en una carretera asfaltada que pasaba por allí y fué recogido por una furgoneta de la organización que le llevó al pueblo. Al menos, su estado no iba a ir a peor porque hacía muuuucho calor y la deshidratación acechaba. Yo seguí hacia el tercer avituallamiento, viendo a otros dos participantes espanzurraos esperando a que alguien fuera a buscarlos porque no podían dar una pedalada más…
Divisé el tercer avituallamiento (km 74) y pensé en besar el suelo como Juan Pablo II, pero realmente lo que me dieron ganas fué de liarme a tiros en plan «Rambo»… Cuando me acerco a la carpa a beber algo de agua porque no podía más nos dicen a todos los que ibamos llegando que se les había acabado el agua… Alucinante!!! Aquello fué de juzgado de guardia… Me pueden decir que no hay fruta, geles, barritas, isotónico… ¿Pero agua? No me jodas!!! Lo que sí tenían era magdalenas… Muy ricas para morir atragantado en mitad del secarral castellano…
Tenía dos opciones: retirarme, cogiendo la carretera que iba a Colmenar o arreglármelas para coseguir algo que beber y tratar de seguir hasta el cuarto avituallamiento, pero para ello era imprescindible HIDRATARME, así que (como hielos si que había), llené el bidón con hielo, pillé agua de los propios bidones en dónde se suponía que tenían que estar las botellas de agua, botes de isotónico y coca-cola para beber, que aunque no estaba demasiado limipia pensé que era mejor morir de colitis que de deshidratación. Me hice con tres botellas vacías de agua y las llené también guardándolas en el maillot y junto con otros dos «descerebraos» decidimos seguir…
Hasta el cuarto avituallamiento (alrededor del km 88), el camino era bastante desolador… Gente que había petado, un calor exagerado, alguna cuesta de las que era imposible subir ni en moto de trial y mucho «machaque» mental, pensando en lo poco que quedaba y lo duro que se me estaba haciento. Poco a poco, me fuí marcando mini-objetivos y llegué al cuarto avituallamiento en el que… Había de todo!!! Parecía un oasis en mitad del desierto!!!. Pensé: Nos ha jodido!!! Aquí no ha llegado «ni Perry». El caso es que me bebí todo lo que pillé, comí algo de fruta, hice acopio de reservas de agua rellenando las botellas que llevaba vacías del avituallamiento anterior y me dispuse a acabar con el sufrimiento enfilando los 10 o 12 kms que me quedaban.
Estaba avisado de que los últimos 10 kms eran cuesta arriba, pero suaves… ¿Suaves? Suaves los cojones!!! A mi me parecían el Tourmalet… Contínuo sube y baja (más sube que baja) hasta el pueblo… Se me hicieron eternos, además estaban marcados en el suelo y cada kilómetro parecía que no acabababa nunca. Está claro que el calor tuvo mucha culpa de esto… Después de darme una buena sesión de auto-masoquismo, las pupilas se me dilataron cuando pude ver la torre de la iglesia de Colmenar de Oreja. Pensé: «Ya estoy, ahora a poner buena cara para recibir el aplauso de la gente que estará viendo la llegada en el pueblo y a salir guapo en la foto»… Ja!!!! Algún aplauso de ánimo creí escuchar, pero creo que era mi subsconsciente que se aplaudía a si mismo… Menos mal que justo al cruzar el arco de llgada estaba Pedro para sujetarme la bici porque no pude hacer otra cosa que tirarme al suelo resguardóndeme del sol en la sombra de la propia torre de la iglesia. En dios!!! Qué horror!!! Cómo sufrí!!! Todavía recuerdo cómo, por arte de magia, al cruzar la meta en Ronda todos los dolores desaparecieron y una senasción alucinante liberó endorfinas en mi cerebro que me hicieron sentir como Superman por unos instantes… bueno, pues aquí no… Lo único que quería era beber agua e irme a casa a refugiarme…
Cuando me encontré con el resto, me dijeron que Isa había terminado primera en Élite Fememina (5h 30min) y Pascual había hecho 6 horas. Unos máquinas!!!! Mi más sincera enhorabuena porque hacer esos tiempos en las condiciones en las que participamos son de ciencia ficción… Al resto qué decirles? Los que decidísteis hacer la corta hicísteis bien, la recompensa al sufrimiento no era equitativa, y a Salva, pues que bastante hiciste con llegar dónde llegaste sin agua y con ese pajarón… Sois unos grandes!!!
En fin! Otra experiencia, que creo no repetiré. Finalmente 7 horas y 7 minutos, de las cuales, dando pedales estuve alrededor de 6 horas. Realmente un buen resultado teniendo en cuenta las condiciones y los parones que tuve durante la prueba. La organización bastante mal, y digo mal porque aunque en general todo fue correcto no puedes fallar en lo básico. Para esta prueba son necesarios al menos 7 avituallamientos con agua. No hace falta más, agua, el resto ya lo ponemos los que damos pedales.
Creo que por esta temporada, los retos con MTB ya están cumplidos… Ahora toca centrarse en otras «aventuras» tanto familiares como deportivas. Ahí estaré dando lo que buenamente pueda tanto física como mentalmente. Como objetivos deportivos: Travesía del Valle de Iruelas, Half de Riaza y Olímpico de Valencia… que ya está bien! Aunque comparados con los objetivos familiares estos son de risa ;-)))
Hasta la próxima!!!
