Llega un momento en la vida que por distintas circunstancias te replanteas cosas y te das cuenta de que siempre hacemos lo mismo, de forma repetitiva y justo cuando estaba en este proceso metafísico transcendental se abría el periodo de inscripciones para el Maratón de Madrid y me dije: este año no la corro, cuatro años seguidos haciendo la misma carrera, este año la corro en otra ciudad. La cosa empezó a nivel nacional: Valencia, Sevilla, San Sebastian…. pero me dio por mirar el calendario internacional y salio Prága pero tuve que descartarla por la fecha y buscando otras ciudades apareció París, de lo cual me alegro un montón.
Después de «colocar» a las peques con distintos familiares y de preparar cuidadosamente la maleta para no olvidar nada nos vamos tres días antes del domingo de la carrera para ver un poco la ciudad (lo cual lo note sobre todo los últimos kilómetros de la maratón, pero es lo que tocaba….turismo de zapatilla). Nada mas llegar a París nos fuimos al hotel y a la feria del corredor a por el dorsal, lo primero es lo primero. Hicimos bien por que era el primer día y no había apenas gente y pudimos disfrutar de la feria que no tiene nada que ver con la de Madrid, aquella es enorme. Aquí ya empiezas a notar el ambiente previo de toda maratón.El viernes y el sábado lo dedicamos al turismo por los sitios emblemáticos de la ciudad, todo ello a pie….. lo mismo fue un poco excesivo para los días previos al día D pero era lo que tocaba, no iba a quedarme en el hotel.
Bueno, al lío. El 6 de abril a las 05:45 AM me encontraba desayunando en la habitación del hotel un batido, un montado de jamón y un yogur que había comprado en el Carrefour ya que a esa hora no habría nada abierto. La ubicación del hotel era bastante buena, pegado al metro y solo 4 paradas hasta los campos elíseos donde nos esperaba ese ambientazo que tanto nos gusta a todos y que nos da aun mas fuerza para afrontarlo con mas animo.
A las 8:30 me quito el chándal y estiro un poco, me pongo el harnes que me dejo David Crivillen y la cámara go pro que me dejo un compi del trabajo para grabar los mejores momentos y me meto en el. cajón de 4 horas. A las 9:30 empezamos a correr, casi una hora después de bekele y compañía y es que eramos mas de 40.000 corredores. La salida perfecta, sin aglomeraciones y pudiendo correr desde el principio La previsión que daban era de lluvia y nubes pero no acertaron, bueno hacia el final si hubo nubes pero llover ni una gota. Hizo mucho calor y mucho bochorno menos mal que lo tenían todo previsto y entre avituallamientos había barreños con agua para echártela por encima ( clarooo para eso era la esponja de la bolsa del corredor) Fui grabando partes de la carrera, normalmente cuando pasaba por sitios emblemáticos: louvre, torre eiffel, la bastilla, etc y por supuesto la salida y la llegada. Hasta el kilómetro 32 la carrera se me paso volando, es verdad, no me di ni.cuenta pero a partir de aquí empezó a asomarse el muro y a llar la atención los ísquios de la pierna izquierda como siempre así que toco aflojar un poco apretar los dientes y visualizar mentalmente la llegada, tampoco ayudo el que los 7 últimos kilómetros fueran por un parque tipo el retiro con poca afluencia de publico pero yo lo tenia claro…..aunque sea arrastras. En el kilómetro 41 salimos del parque y cogemos la Avenida Foch hacia el arco del triunfo donde me espera Sonia justo en la pancarta del km42 para animarme y afotarme en la llegada
El ambiente de nuevo es increíble y ahora si, solo quedan esos 195 metros que son para uno…..para dedicarlos…..para hacer memoria…..para recordar…..para disfrutarlos…..para convencerse que siempre merece la pena tirar para delante hasta la meta
y sobre todo agradecerselo y dedicarselo a quien sufre día a día esta locura…….GRACIAS
